En una revelación que ha dejado atónitos a los seguidores de los concursos de belleza, Stephany Abasali detalló el momento exacto de su “humillación” durante la noche final del Miss Venezuela. En su reciente entrevista con Rodner Figueroa, la reina continental no solo arremetió contra la directiva, sino que describió una tensa escena en la que tanto Maite Delgado como José Andrés Padrón habrían ignorado sus súplicas por el micrófono.
El momento de la ruptura: “Le pedí el micrófono y me dijo que no”
Según el relato de Abasali, ella intentó tomar la palabra basándose en una conversación previa que tuvo con un miembro de la producción, quien supuestamente le indicó que debía pedir el micrófono directamente a los animadores.
“Le pido el micrófono a José Andrés y me dicen que no estoy en el guion. Yo le insistí: ‘Ya hablé con él (productor), dame el micrófono’. Extendí mi mano, pero él no me lo dio”, confesó Abasali con la voz entrecortada.
La situación se tornó aún más dolorosa cuando Stephany buscó auxilio visual en la animadora número uno de Venezuela. “Veo a Maite, le abro los ojos como pidiéndole ayuda, ella me ve, pero continuó con el guion. En ese instante se me quebró el corazón. Entendí que ya no podría decir mis últimas palabras como Miss Venezuela”.
La defensa de los animadores: “Es una emboscada”
Esta declaración coloca a los presentadores en una posición sumamente incómoda. Si bien Maite Delgado ya publicó en sus redes sociales que ella “solo sigue un guion” y que no se prestaría para “maldades”, las palabras de Abasali sugieren que hubo un contacto visual y una negativa consciente en el escenario para evitar que ella hablara.
Fuentes cercanas a la producción aseguran que las órdenes de “arriba” (presuntamente de la oficina de Nina Sicilia) eran tajantes: la transmisión debía seguir estrictamente el libreto para evitar cualquier declaración improvisada de Abasali, quien ya venía arrastrando roces con la organización.
Una despedida “actuada”
Tras la negativa, Stephany relató que lo que restó de la gala fue una tortura psicológica. No sabía dónde estaba la corona, no hubo flores, y tuvo que fingir una sonrisa mientras se sentía “bloqueada” y “desechada” por la casa que representó con éxito en Tailandia.
“Tuve que actuar todo el final porque no podía demostrar que estaba destrozada por dentro”, sentenció la modelo, quien tras el incidente eliminó el título de Miss Venezuela de su biografía en Instagram, marcando una ruptura definitiva.
