El mundo está lleno de gente que arranca cosas.
Sobre todo en días como hoy, cuando empieza la semana.
Todos andan motivados, inspirados, diciendo: “ahora sí voy a hacer X…”.
Y sí, lo empiezan.
Pero ¿sabes qué pasa?
La mayoría no lo termina.
Por eso estamos rodeados de:
Libros a medio escribir.
Negocios a medio montar.
Promesas que nunca se cumplen.
¿Y qué tienen en común todos esos intentos?
Que no valen nada.
Porque la vida no premia al que arranca…
Premia al que termina.
Y este mal se ha vuelto como un virus.
Yo lo llamo: la epidemia de lo inconcluso.

Hoy es facilísimo empezar cualquier cosa:
Con un clic montas un negocio desde tu casa.
Con un post en redes anuncias un proyecto.
Con inscribirte al gym crees que ya pusiste tu salud en orden.
Pero empezar no te hace especial.
Cualquiera puede hacerlo.
Lo raro, lo valioso, lo que realmente te separa del montón es cerrar ciclos.
Terminar lo que dijiste que ibas a hacer.
Y olvídate de lo que le prometes a otros.
Primero cumple lo que te prometes a ti mismo.
Porque si no eres capaz de mantener tu palabra cuando nadie te ve, menos lo harás cuando todos te miren.

Ahí está la diferencia entre un Hombre Superior y un Hombre Estoico:
El Hombre Inferior colecciona inicios vacíos. Proyectos que nunca llegaron a nada. Promesas que nunca se cumplieron. Vive engañado, creyendo que es productivo, cuando en realidad solo acumula excusas.
El Hombre Estoico sabe que su reputación, su carácter y su destino se construyen terminando lo que empezó. Es alguien que cierra ciclos. Su palabra pesa porque la respalda con hechos.
Cada vez que terminas algo, aunque sea pequeño, entrenas tu identidad para ser alguien confiable (para ti y para los demás).
Y cuando esa identidad se convierte en tu estándar, dejas de ser uno más del montón.
Te vuelves alguien peligroso.
Alguien cuya sola presencia impone respeto, porque todos saben que si dices que harás algo, lo harás.

Cualquiera puede empezar.
Muy pocos tienen la fuerza de terminar.
Elige ser de esos pocos, cueste lo que cueste.
Aunque te tome más tiempo de lo esperado, comprométete a terminar.
Tu vida entera va a cambiar.
Como decía Séneca: “No es que tengamos poco tiempo, es que perdemos mucho”
@adogel


