El rechazo no es el fin, es solo información
Muchos hombres sienten el rechazo como si fuera la confirmación de sus peores miedos:
“No soy suficiente.”
“Ya ves, no sirvo para esto.”
“Mejor dejo de intentarlo.”

La verdad es que se lo están tomando demasiado personal.
Déjame ser claro: el rechazo no gira en torno a ti.
No significa que no valgas. Lo que realmente quiere decir es:
La forma en que lo presentaste no funcionó.
No conectó con esa persona en ese momento.
El entorno de la persona influyó en la decisión.
La estrategia que usaste no era la adecuada.

Nada de eso es un ataque a tu identidad.
Es simplemente data, información que puedes usar para mejorar.
Como decía Epicteto: “No son las cosas las que nos perturban, sino la opinión que tenemos de ellas.”
El rechazo no es el problema, lo es la interpretación que haces de él.
El Hombre Estoico no se derrumba ante el rechazo. Lo usa como brújula para ajustar su camino.
En ventas:
Hombre Inferior: “No sirvo para vender, soy muy tímido.”
Hombre Estoico: “¿Qué objeción no respondí? ¿Qué parte de mi presentación no generó confianza?”
En relaciones:
Hombre Inferior: “No soy atractivo.”
Hombre Estoico: “No conectamos porque no mostré mis valores. Intenté ser su amigo sin dejar clara mi intención.”
El rechazo es como un GPS
El rechazo no es un veredicto, es un aviso.
Si lo ves como sentencia, te paraliza.
Si lo ves como información, te fortalece.
La diferencia está en la pregunta que te haces:
Hombre Inferior: “¿Por qué me pasa esto a mí?”
Hombre Estoico: “¿Qué me está enseñando esto y cómo lo ajusto para la próxima?”

Piensa en el rechazo como en un GPS:
Cuando te equivocas de camino, no te grita: “Eres un idiota, nunca vas a llegar.”
Simplemente recalcula: “Gira a la izquierda, ajusta la ruta.”
Así funciona el rechazo: te muestra lo que no salió bien y te da pistas para corregir.
No le tengas miedo al rechazo.
Tenle miedo a los hombres que nunca lo usan para crecer.
@adogel



