El tiempo y la desidia gubernamental se encargaron de convertir en ruinas lo que fue el Convento de Las Monjas Concepciones, en la época de la colonia
Así lo relata la profesora Irene Fernández, investigadora social e integrante del Grupo de investigación histórica-cultural de Los Valles del Tuy, en un escrito enviado a esta redacción. Dice la narrativa:
“Una vez que el presidente Antonio Guzmán Blanco ejecutó el Decreto de eliminar todos los conventos y casas religiosas católicas, el año de 1874; con esta orden se fue el Convento de Las Monjas Concepciones, en Caracas; fundado en el año 1637 por Juana de Villela; para darle paso a lo que es hoy el Capitolio, sede de la Asamblea Nacional Legislativa, quedando solamente el nombre de la esquina, que a los caraqueños les dio por llamar: esquina de Las Monjas, el cual fue pasando a través de la tradición oral de familia en familia; junto con las recetas de los dulces coloniales de Caracas.
A Los Valles del Tuy también llegó la medida expropiatoria, afectando la hacienda Las Monjas, ubicada entre los municipios Independencia y Paz Castillo, en los predios de la urbanización agrícola-industrial-residencial, Paraíso del Tuy, muy cerca de la Urbanización Gran Mariscal de Ayacucho (conocida como Mopia) y del nuevo urbanismo La Morena, al norte de Santa Teresa del Tuy.
Eliminado el Convento, la infraestructura fue convertida en una hacienda de producción, que fue pasando de mano en mano de familias de la oligarquía caraqueña, siendo utilizada para generar riquezas, mientras estaban residenciadas en la capital; como la familia Herrera Uslar, quienes la explotaron por más de 100 años en la producción de cal y abono fertilizante; propietarios también de la hacienda La Vega, Hacienda Montalbán, Cemento La Vega, en Caracas; entre otras”. Termina el relato de la profesora Irene.
De esta construcción sólo quedan algunos restos de paredes y muros desnudos que asoman los adoquines y la caña amarga con los cuales fueron fabricados, con muy pocos rastros de marcos de puertas y ventanales de madera labrada, propio de la época.
Estas ruinas, si bien es cierto cumplieron el ciclo para el cual fueron construidas, ya no dan albergue humano, como vivienda; tampoco muestran la posibilidad de uso alguno para la explotación comercial o industrial, solo son testigo mudo de una historia subyacente en la memoria de los que ya se fueron a otro plano, sin que haya registro alguno que nos pudiera dar testimonio de todo cuanto allí ocurrió; cuando fue albergue para religiosas, o más reciente, cuando fue un centro de producción.
Pero, como la historia y la cultura van de la mano, tal vez no sería descabellado pensar que estas ruinas del siglo XVII pudieran convertirse en un centro de investigación pedagógica para reforzar la historia local de Los Valles del Tuy; y, de ser posible, con algo de voluntad política, recuperar estos espacios para la difusión de lo que fue el asiento ese importante Convento de Las Concepción, que con seguridad encerró en su momento mucha, y rica información para la historia. Recurso invaluable para la nueva generación, que tanto lo necesita.
Fuente: Grupo de investigación histórica-cultural del Valle del Tuy. Por Yrene Fernández V.
Editado por Yudyth Coromoto Lugo Revilla


