La valentía de Stephany Abasali al denunciar el trato recibido durante su reinado ha servido de catalizador para que otras figuras icónicas del Miss Venezuela alcen la voz. Lo que comenzó como una queja por un discurso omitido en la noche final del certamen nacional, ha escalado a una denuncia colectiva sobre la gestión de Nina Sicilia, marcada por acusaciones de falta de empatía, bloqueos profesionales y daño a la salud mental.
El respaldo de las “Grandes”: Amanda Dudamel y la solidaridad en redes
Una de las primeras en reaccionar fue Amanda Dudamel (Virreina Universal 2022), quien a través de sutiles pero contundentes mensajes en redes sociales, mostró su apoyo a Abasali. Dudamel, quien en su momento también tuvo una despedida atropellada y rumores de roces con la organización, validó el sentimiento de su sucesora.
A este apoyo se sumaron ex-misses y expertos en certámenes que han coincidido en un punto clave: Abasali logró el Top 3 en el Miss Universo por mérito propio, trabajando con un equipo externo debido al presunto “bloqueo” administrativo que sufrió desde la Quinta.
Thalía Olvino: “Yo fui el experimento de un sistema tóxico”
El caso de Abasali ha revivido el crudo testimonio de Thalía Olvino, Miss Venezuela 2019. Olvino fue la primera reina en denunciar públicamente a la gestión de Sicilia y el Comité de la Belleza. En su momento, Thalía relató:
- Desprecio intelectual: Denunció que se le criticaba constantemente por ser “demasiado inteligente” y no enfocarse solo en lo físico.
- Daño a la autoestima: Aseguró que la directiva intentó “quebrar su espíritu”, criticando su imagen de forma destructiva en lugar de constructiva.
- Falta de apoyo logístico: Al igual que Abasali, Olvino llegó al Miss Universo con maletas incompletas y sintiéndose desprotegida por su propia organización.
“Nos hacen creer que por tener una corona tenemos que aguantarlo todo y silenciarnos”, declaró Olvino en una entrevista con Rodner Figueroa, frase que hoy cobra más fuerza que nunca.
Un historial de conflictos: Sthefany Gutiérrez y el personal de la Quinta
El nombre de Sthefany Gutiérrez (Top 3 en 2018) también ha resurgido en esta polémica. La “Pocahontas venezolana” ha dejado claro en diversas ocasiones que su relación con la nueva directiva fue nula, llegando incluso a decir que se sintió “ajena” a la organización tras la salida de Osmel Sousa.
Pero las denuncias no se limitan a las misses. Miembros del staff interno de la organización han filtrado testimonios sobre un ambiente laboral hostil, donde el “autoritarismo” de Sicilia habría provocado renuncias masivas de maquilladores, profesores de pasarela y coordinadores de confianza.
El “Modus Operandi” de la Censura
Analistas de la industria de la belleza señalan que el patrón es el mismo:
- Aislamiento: Se le corta la comunicación directa a la reina con la prensa que no sea controlada por el certamen.
- Falta de recursos: La reina debe costearse gran parte de su preparación o buscar patrocinantes externos.
- El Silencio Final: Se les niega la oportunidad de despedirse en vivo (como ocurrió con Abasali y anteriormente con Olvino) para evitar que utilicen el micrófono para denunciar irregularidades.
¿Qué sigue para el Miss Venezuela?
Con la opinión pública volcada a favor de Stephany Abasali y las redes sociales exigiendo la renuncia de Nina Sicilia, la organización se encuentra en su punto de mayor debilidad institucional. La pregunta que queda en el aire es: ¿Podrá el certamen sobrevivir a otra temporada bajo este clima de desconfianza y denuncias de acoso?


