Centenaria expresión popular de los tuyeros para describir la diferencia entre el bien y el mal, por medio de la iglesia católica
Con la anuencia de la iglesia católica, la Cofradía de los Diablos Danzantes de Yare, acompañados por la gran mayoría de los habitantes de la ciudad de San Francisco de Yare, y con una diversidad de visitantes foráneos, se lleva a cabo la celebración de Corpus Christi.
Esta manifestación, de corte religioso y cultural, se celebra el segundo jueves de junio de cada año; y según la creencia de los devotos, representa la presencia de Jesucristo durante la Eucaristía para combatir el mal que simbolizan los pintorescos trajes enmascarados que portan los promeseros.
Así transcurre, desde el día anterior, toda una rutina religiosa que culmina en una fiesta pagana protagonizada por lugareños y visitantes; en medio de una diversidad de intereses particulares que se van disipando al caer la noche.
Una mezcla de la cultura popular con el sincretismo de la iglesia católica se ponen de manifiesto en este encuentro, con más de 400 años de celebración en algunas poblaciones de Venezuela; siempre con el mismo fin: marcar la diferencia entre el bien y el mal.
El impacto expandido en la población venezolana de esta expresión cultural y religiosa la ubicó en los pasillos de la Organización de las Naciones Unidas (UNESCO) como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, desde el 6 de diciembre del año 2012, en París, Francia. Así como también fueron incorporadas otras 11 Cofradías que hacen vida en otras poblaciones del país.
En cada una de estas comunidades, las vestimentas, los bailes e instrumentos utilizados son diferentes, pero tienen en común una ceremonia plena de religiosidad popular, devoción y fe desprendida, en la que concurren los elementos de las culturas africanas y originarias, en una tradición transmitida de padres a hijos, asignada por la participación popular, la resistencia cultural, el desarrollo de vínculos solidarios y la celebración de la espiritualidad.
La devoción al santísimo sacramento es de tal magnitud que se ha convertido en un símbolo de curación y sanación para quienes visten el atuendo especial de la folklórica danza, incluyendo la máscara.
Pero, el impacto social que esta manifestación cultural ha dejado por años en la región, tiene su influencia en lo que se ha convertido como una costumbre de los tuyeros. El ausentismo laboral, y la deserción escolar de los estudiantes para disfrutar la fiesta pagana todavía se nota en estos pueblos del Tuy. Muchos, trabajadores y alumnos se escapan por un momento de sus quehaceres para ir a Yare, a festejar este día.

Foto: @leooxford / @leooxfordphotp
Así mismo, y ha sido una constante durante esta celebración por muchos años, los dirigentes de los partidos políticos no pierden la oportunidad de contactar a la muchedumbre con sus volantes y atuendos propagandísticos de tal o cual organización o candidatos, según sea la campaña.
Igualmente, con toda lógica razonable, la población juvenil hace abstracción del rito religioso para disfrutar el momento festivo que envuelve a la multitud para darle riendas sueltas al exhibicionismo de cualquier manera, donde las feromonas, el histrionismo o, en todo caso, la liberación de hormonas, hacen lo suyo.
Para este jueves, 19 de junio del año 2025, la celebración de Corpus Christi rebasó la asistencia a los eventos religiosos, comparado con años anteriores; pero, también se pudo sentir la multitud que prefiere festejar el aspecto pagano del encuentro, aun, cuando de vez en cuando traten de imitar el frenético baile de los diablos; sin éxito alguno.
Mientras el comercio local hace su “agosto” con la venta de todo tipo de mercancía para el consumo ligero, souvenirs referidos a la festividad, fritangas; y todo cuanto pueda generar ingresos para la familia, ese día.