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El autismo es una condición, no una enfermedad 

Esta frase puede ser obvia para algunos, pero hoy en día aún existe mucha desinformación respecto a esta condición.

Es momento de tomar consciencia y comprender que el autismo solo es una forma diferente de ser y de percibir el mundo, no una enfermedad ni un problema que deba ser “corregido”.

Es importante entender que el autismo es un trastorno del neurodesarrollo, que afecta el desarrollo del cerebro y la forma en la que una persona interactúa y se relaciona con los demás. Pero esto no implica que las personas con trastorno del espectro autista necesiten ser “curadas”.

El autismo no desaparece con la edad ni con esfuerzo, porque forma parte de su identidad. Pretender que alguien deje de ser autista es tan absurdo como pedirle a alguien que deje de ser quien es.

No todas las personas con trastorno del espectro autista son genios o tienen habilidades extraordinarias, como muchas veces las retratan en las películas o las redes sociales. Cada individuo es único y tiene sus fortalezas y dificultades, al igual que cualquier otra persona. 

Hay personas con trastorno del espectro autista con alta independencia y otras que necesitan apoyo constante, y aún así con todas esas diferencias, todas merecen el mismo respeto, dignidad y oportunidades que cualquier otra persona neurotípica.

Es por esto que debemos romper con los estereotipos que rodean esta condición. Y no, no basta con solo decir “todos somos iguales”. Hay que comprender que algunas personas necesitan adaptaciones y estímulos para que estos tengan una igualdad de condiciones. La inclusión no se trata de hacer que todos encajen, sino de crear una sociedad más flexible para que nadie quede excluido a pesar de las diferencias.

La clave está en el acompañamiento y la comprensión, no en la corrección. En lugar de intentar que las personas con trastorno del espectro autista se comporten “como las personas normales”, deberíamos esforzarnos por entender su forma especial de comunicarse y procesar el entorno. Muchas veces, lo que llamamos “conductas extrañas” son simplemente respuestas naturales a estímulos abrumadores, a la frustración de no ser comprendidos o al agotamiento mental y emocional ¡la empatía es muy importante!

No basta con saber qué es el autismo, hace falta escucharlos también. Las personas con trastorno del espectro autista tienen opiniones y metas. No necesitan que hablemos por ellas, sino que les demos el espacio para hablar por sí mismas. Incluirlas en escuelas, trabajos y espacios sociales no debería considerarse una “obra de caridad”, sino un derecho que todo el mundo debe tener.

Solo así podremos construir una sociedad más justa y consciente, donde la diversidad no sea tolerada, sino comprendida, porque entender el autismo no es solo informarse, es cambiar la forma en que lo miramos.

Estudiante: Alejandra Lamón /5to año – UEP “Rafael Rivero Oramas”.

Agencias

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