La plataforma digital Somos del Tuy y el espacio Joropo Central: Ritmo y Relato rinden homenaje a un incansable promotor y amante de la tradición musical venezolana: Edgar Guzmán, conocido afectuosamente como “El Tordo de Las Mayas”.
Nacido el 21 de febrero de 1969, Edgar Guzmán representa una generación de cultores que ha dedicado su vida a preservar la esencia, el respeto y la alegría del Joropo Central.
Pasión inculcable y apodo con historia
La conexión de Edgar Guzmán con el joropo se remonta a 1973, cuando apenas tenía diez años. Fue su padre, Fabián Guzmán, quien sembró la semilla de esta pasión al llevarlo a los bailes y tertulias que eran el centro social de la época.
Su icónico apodo “El Tordo de Las Mayas”, lo adquirió en su barrio de origen, Las Mayas, en el año 1983, un nombre que lleva con orgullo y que se ha convertido en sinónimo de su fervor por el género.
Recorriendo la cuna del Joropo
Durante sus años de formación, Guzmán frecuentó los lugares más populares del Joropo Central, que eran verdaderas vitrinas de talento y tradición.
Visitó emblemáticos sitios como La Quinta Quinta, la URD, el Club Telegrafista y el Club INV, donde compartió con figuras legendarias como El Loro de Miranda, El Perico y El Marañón, entre otros cantantes y arpistas de renombre. Su recorrido también lo llevó a Los Valles del Tuy, siendo asiduo del popular salón de Carmen Rosendo.
De bailarín a promotor: la lucha por la tradición
La faceta de promotor de Edgar Guzmán se inició formalmente en el año 2003. En la celebración de su cumpleaños, realizada en una platabanda del señor Alejandro, contó con la presencia y el canto de grandes cultores como José Ibarra y el popular Alicate. Este evento lo reafirmó en la convicción de que debía continuar luchando y protegiendo el Joropo Central.

Guzmán siempre ha entendido que el joropo es más que música; es una escuela de vida. “El joropo para mí fue una gran escuela, porque lo que se transmitía en un baile era una emoción y te enseñaba a compartir como una familia”.
El respeto como náxima enseñanza
Una de las anécdotas más importantes en su vida, que define su compromiso con los valores del joropo, ocurrió durante un baile en Longaray, en El Valle, Caracas. Tras tropezar accidentalmente con el señor Evencio Palma y no pedir disculpas de inmediato, la reacción del experimentado cultor le dejó una lección imborrable.
“Entendí que el respeto era lo primero que teníamos que aprender antes de salir al medio de una sala. Esas fueron las palabras de ese señor, a quien le agradezco por esa enseñanza”.
Legado y Consejo para la Nueva Generación
Para Edgar Guzmán, la misión es asegurar la pervivencia del género. Su consejo a la nueva generación de joroperos se centra en la disciplina y la pasión: “Mi consejo a la nueva generación es eso: a respetar cada paso, cada vuelta. Enamorarse del joropo para seguir adelante y que no se pierda”.
El “Tordo de Las Mayas” no solo es un testigo de la historia del Joropo Central, sino un activo custodio que, con su trayectoria, garantiza que el ritmo y el relato de esta tradición sigan resonando con fuerza en la plataforma digital Somos del Tuy.


