La cachapa, mantequilla, queso de mano, cochino frito y el guarapo de caña son “impelables” en estos encuentros de más de 30 años
La fusión de costumbres indígenas con las influencias españoles y africanas se puede tomar como el origen de la gastronomía venezolana; aunque no se descarta la influencia ibérica y china para fortalecer la variedad y los sabores de la comida criolla.
Esta rica mezcla fue derivando en una variedad sin fin de platos que mantiene al venezolano, cada día, escogiendo para comer y satisfacer el paladar. Muchas son las recetas que podemos anunciar como plato preferido de la familia; las cuales van variando de acuerdo a la región donde se nazca o vaya creciendo el individuo. Otros usan el arraigo como una identidad culinaria, es decir, se quedan en la región porque sienten satisfacción por la comida autóctona.
En la región de Los Valles del Tuy también se observa y se degusta de la misma variedad; cada quien escoge lo que se va a comer. Pero, siempre habrá preferencia por La cachapa, el majarete, el dulce de lechosa y el guarapo de caña; entre otras exquisiteces.
A propósito de la llegada de agosto, la sociedad tuyera ha escogido el mes de las lluvias para realizar un evento culinario, al cual han llamado “La feria de la cachapa”, especialmente en la rural zona de San Bernardo del municipio Tomás Lander; así como también en Santa Lucía de Pacairigua; donde, además de una variedad de platos tradicionales, predomina la cachapa; comida a base de maíz tierno.
El ambiente festivo de este encuentro tuyero, en ambos lugares, lleva implícito la exaltación del sagrado y milenario fruto originario de México, cuyo cultivo se inició hace más de 9 mil años, para sustento de los nativos de los pueblos mesoamericanos; contribuyendo así, el maíz, a romper la costumbre nómada de los indígenas, hasta convertirse en sedentarios.
Mientras que, en Venezuela, el cultivo y consumo del maíz tiene su origen precolombino, luego adaptado a diversas regiones del país por las culturas indígenas, convirtiéndose en el alimento preferido, en todas sus variedades, por mucho tiempo.

En estas ferias de la cachapa, además de entretenerse con el espectáculo de música criolla que procuran los organizadores, es común ver como los entusiastas asistentes se deleitan con una cachapa acompañada de mantequilla, queso de mano, cochino frito; o cualquier otro entorno que satisfaga el paladar.
El complemento de este exquisito plato, de acuerdo a los gustos de los asistentes, también puede ser un majarete, un dulce de lechosa o, un frio guarapo de caña. Pero siempre habrá otras alternativas para todos los gustos.
La celebración de eventos tradicionales como estos, además de enaltecer el gentilicio y la tradición de los pueblos, hacen honor al alimento que, durante muchos siglos fue la panacea de nuestros aborígenes para su sustento. Tanto que propicia la creación de la obra magistral que nos identifica como los “hombres nacidos del maíz”; tal como lo expresa el Popul Vuh, una literatura mitológica de la creación del mundo.