Secretos del Hombre Estoico

Elegir la visión sobre el miedo

Elegir la Visión sobre el Miedo

“No es que las cosas sean difíciles que no nos atrevemos; es que no nos atrevemos que son difíciles.”
— Séneca

Un hombre débil nunca se ve a sí mismo como débil.
De hecho, suele verse como “prudente”, “realista” o “responsable”.

Pero si observas de cerca, hay un patrón:

— “No es el momento adecuado.”
— “Estoy muy cansado para enfocarme.”
— “Cuando esté más preparado lo haré.”
— “Ahora tengo muchas responsabilidades.”

Todas suenan lógicas.
Ninguna suena malintencionada.

Y por eso… son peligrosísimas.

Porque se convierten en excusas sagradas.
Se convierten en muros invisibles que parecen proteger, pero solo limitan.

El hombre débil defiende sus excusas como un castillo.

Cada vez que un hombre protege sus excusas en lugar de su visión… pierde poder.
Pierde energía.
Pierde dirección.

Y lo peor: ni siquiera se da cuenta.

Elige el miedo, pero le llama cautela.
Elige la postergación, pero le llama estrategia.
Elige la mediocridad, pero le llama equilibrio.

No está avanzando.
Está sobreviviendo.

Y lo peor: piensa que está “esperando el momento correcto” para actuar.

El hombre estoico no protege excusas. Protege su visión.

Un hombre estoico no es el que no siente miedo.
Es el que no deja que ese miedo dirija sus decisiones.

Es el que, aunque no se sienta listo, se presenta.
El que, aunque tenga dudas, actúa con intención.
El que, aunque esté cansado, avanza con enfoque.

Porque sabe que su visión vale más que sus justificaciones.

No le da poder a las razones por las que no debería.
Le da energía a su propósito.

Cada excusa que defiendes necesita energía mental.
Cada justificación que mantienes viva consume tu enfoque.
Cada diálogo interno de “todavía no es el momento” debilita tu fuerza de voluntad.

La pregunta no es si tienes energía.
La pregunta es: ¿en qué estás invirtiéndola?

— ¿En alimentar tus miedos?
— ¿O en construir tu futuro?
— ¿En justificarte?
— ¿O en ponerte en marcha?
— ¿En proteger una identidad cómoda?
— ¿O en forjar una identidad superior?

No confundas comodidad con seguridad.

Las excusas son dulces en el momento, pero amargas en el largo plazo.

Te hacen sentir satisfecho hoy para que mañana te sientas vacío.
Te dan alivio hoy para que dentro de unos años sientas frustración.

Porque no hay castigo más brutal que saber que tu vida podría haber sido diferente… y que tú fuiste quien lo impidió.

¿Quieres respeto?
¿Autorrespeto?

Entonces protege tu visión.
Haz que tu palabra valga más que tu estado de ánimo.

Y conviértete en el tipo de hombre que actúa incluso cuando no tiene ganas.

No porque sea fácil.
No porque siempre estés motivado.
Sino porque tu visión lo merece.

Todos los días hay una pelea invisible dentro de ti:

¿Defenderás tus excusas?
¿Protegerás tu visión?

Solo uno puede ganar.

“Elige no ser herido — y no lo serás.”
— Epicteto

@adogel

Adolfo Gelder

About Author

Auditor de Normas ISO de Seguridad, Consultor Técnico Criminalista, con Maestría en Gerencia de Protección y Seguridad Aplicada, Experto en Ciencias Forenses, Especialista en Ciberseguridad.

Comentar

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

También puedes leer

Secretos del Hombre Estoico

No todo lo que duele es injusto

Vivimos en una cultura donde si algo duele o es incómodo, solemos buscar anestesiarlo lo antes posible. Si incomoda, creemos
Estocio
Secretos del Hombre Estoico

El Ritual Dominical que Todo Hombre Estoico Necesita

Hay una diferencia brutal entre un hombre que domina su camino y un hombre que se deja arrastrar por la