Conocí a Julio César Marcano hace más de 20 años, era cliente de la ferretería y cada vez que iba a comprar conversábamos amenamente, con el tiempo se hizo alcalde de Ocumare del Tuy pero ese trato hacia mi persona nunca cambió. Sus hijos muy buenos amigos míos, Marcanito siempre sugiriéndome que le prepare audios sobre el béisbol profesional.

Hace pocos años cuando empecé en el mundo de la comunicación social, Marcano se sorprendió al verme en un evento del día del periodista, más que una sorpresa fue ver orgullosamente a un amigo que progresaba, luego de tantos años como cliente ferretero me podía llamar colega, y con ese mismo trato humilde que lo caracterizaba hacia mí, no dudo en acercarse a conversar conmigo y con mi otra maestra, Ana Damelis Guzmán, a felicitarme y darme ánimo por este nuevo rumbo que le daba a mi vida.

Tiempo después me entrevistó en su programa matutino, estaba de aniversario Somos del Tuy, nuevamente fue una conversación entre amigos. De Julio Cesar aprendí como expresarme ante los radioyentes, cuando hacer la pausa, cuando expresar mi opinión luego de leer una nota de prensa, indirectamente y sin saberlo fue un maestro en mi aprendizaje en el mundo de la locución.

Hoy se fue uno de los grandes de la radiodifusión del Tuy y por qué no, de Venezuela. No es un adiós, sino un hasta luego, como dice Hechos 24:15 “Y tengo esperanza en Dios, esperanza que también tienen estos hombres, de que va a haber una resurrección tanto de justos como de injustos.” Si es la voluntad de mi señor soberano Jehová, allí en el paraíso conversaremos nuevamente.
